El silencio se esconde para no volverse a mostrar.
Allá sus hilos cuelga de un par de tablas colgadas en una estantería.
Él quiere ser libre pero nadie corta sus hilos, nadie le quiere...
Él quiere poder bailar, volar, cantar, ser alguien, pero él es algo y no lo puede remediar.
Cae de golpe la vida de un sueño.

- Recuerda, no eres Pinocho, no puedes de muñeco a persona convertirte. -dijo el Señor de los Sueños.

Y aquella marioneta de cuerpo fragil quedó en aquella estantería esperando a la esperanza aunque él sabía que nunca llegaría.

Quedar de pie.

Quedar de pie sin nada más que tú y tu pensamiento.
Y volver a la hora de la cenicienta, solo faltaria el zapato perdido y un principe con el cual enamorarse...
No sé, estar cansada de andar y vivir bajo la lluvia sin un paraguas con el que protegerte.

Si creen que soy una niña, jugaremos a ser niños pequeños.

Ayer escuché cómo latían tus pensamientos, intenté llegar hasta ellos pero algo me lo impedía.
Desperté de un sueño para encontrarme sola, entre sabanas blancas, buscandote entre miles de recuerdos pero no logré descubrirte entre ellos.
Y esperé, esperé a que todo tuviera sentido, esperé esperando respuestas sin contestar.
Perdiendo el sentido que se va comiendo al tiempo, al silencio... Quizá, todo quedó escondido como el polvo entre los viejos souvenirs que luego se quita pero vuelve a esconderse.

¿Queda todo suspendido en el aire?Es posibe, pero, ¿por qué no? Las palabras se escabullen y se quedan allí, ignoradas...porque el aire guarda muchas cosas que nadie quiere mostrar.