Mirarse al espejo.

Mirarse al espejo y ver que todo lo que ves te da asco.

Te da asco cada cosa de ti, cada hueco que esconde tu interior, cada sentimiento oculto, cada cosa que ni tú misma conoces.

Te miras, observas cada milímetro de ti y notas como todo se hunde en melancolía. Oyes las agujas del reloj, notas cómo pasa el tiempo, pero tú sigues ahí postrada frente al espejo como si este te quisiera decir algo.

Mirarse al espejo y ver que la persona reflejada no eres tú.