- Es la señal, tenemos que marcharnos.
- ¿Ya llegó la hora? ¡pues si que se ha corrido el Tiempo!
- Anda, deja de hablar como si fuera el Tiempo una persona y coge tu maleta.
- ¡Eres una aguafiestas!
- Y tu un quejica, venga que perderemos el barco.
- Mama, ¿es bonito el sitio al que vamos?
- Es precioso, pero será dificil volver a empezar pero será nuestra gran aventura.
La tierna sonrisa de la madre calmó los nervios de aquel niño, le cogió de la mano y caminaron hacia el barco.
Sólo se notaba en la nieblina unas maletas de color verde y dos siluetas oscuras perderse entre el gentío.
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