Nada va bien.
Te ahogas en un mar de lágrimas y quieres ser fuerte y salir de alguna manera pero no hay forma.
Todo el mundo piensa que eres feliz, que eres muy fuerte y solo ven una fachada que has creado. Pero en realidad solo eres una persona pequeñita incapaz de poder luchar, incapaz de seguir un camino sin preguntarte que qué haces aquí.
Sientes que has perdido la guerra siendo que aun estas en una batalla. La batalla de mejorar, de aplicar las cosas que aprendes.
Pero parece que todo esta en tu contra y poco a poco esa batalla la vas perdiendo porque sabes que no estás hecha para la guerra aun que te hayas vestido para ella.
Y ahí estas, hundiendote intentando demostrar que puedes ser mucho mejor.
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