Es curiosa la vida sin tiempo. El tiempo sin vida. Y todo es guiado por el tiempo.
Me estremezco con mis propias pisadas y no encuentro camino que me diga cuál es la salida.
De un lado para otro, viendo personas nuevas, calles por las que nunca habías pasado pero no es lo que mas me interesa. Una mente con demasiadas palabras sueltas que vienen y van que hacen que explote de, alguna manera, mi cabeza. Las ojeras se van haciendo más pronunciadas a medida que pasan las horas, los días, pero eso no impide que tus ojos se mantengan bien abiertos para poder seguir contemplando aquel cielo que siempre te llama la atención.
El tiempo guía mis pasos, se hace tarde y no hay lugar donde ir o quizá si pero mi mente está demasiado agitada como para comprobarlo. Es tarde, y en este viaje sin retorno, sólo tengo la compañía de los grillos y de la luna alumbrándome el camino.
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